ENTREVISTA A PABLO GARCINUÑO: Ganando terreno en distancias cortas.
Pablo Garcinuño, el
autor y su obra.
Hola Pablo. Cuéntanos
un poco sobre ti.
De profesión,
periodista. He ejercido como tal en distintos medios de comunicación desde hace
más de diez años. Además, gestiono las redes sociales de varias marcas y
entidades. En mis ratos libres, escribo. Siempre lo he hecho, pero conseguí
cierta constancia cuando en 2010 abrí el blog En Mal Estado. Aunque en la actualidad está bastante
olvidado, esta bitácora fue durante una época la excusa perfecta para explotar
la vía del micro relato, al mismo tiempo que formaba comunidad con otros
blogueros dedicados a los textos breves. En 2012 junté parte de todo ese
trabajo en un libro que auto publiqué y que se puede descargar gratis aquí.
Dos años después se
pusieron en contacto conmigo las responsables de la editorial 120 Pies, Lourdes Castro y Ángela Medina, para proponerme
publicar un libro de relatos. Casi todo lo que había escrito hasta entonces
eran micro relatos, así que me puse a trabajar en cuentos durante un año
aproximadamente. La “criatura” salió a la luz en febrero de 2016 con el título ‘Así no vamos a ninguna parte’. Son 17 relatos en los que predomina el humor
y el surrealismo, muchos de ellos ambientados en el mundo rural.
¿Siendo periodista,
que te motiva a escribir relatos?
Creo que no tiene nada
que ver con ser periodista, pero mi escritura siempre se ha caracterizado por
la brevedad. Me manejo bien en las distancias cortas, ya sean micro relatos o
cuentos breves, mientras que me resulta realmente difícil mantener una historia
más allá de las 2.000 palabras. Ignoro el motivo.
Creo que el periodismo
me viene bien para “mantener la mano”. El hecho de trabajar escribiendo (aunque
contar una historia real no tiene mucho que ver con crear ficción) me sirve
para mantener cierta agilidad en esto de juntas palabras.
¿Cuáles son tus
fuentes de inspiración?
El mundo rural suele ser
una fuente constante de inspiración. Muchos de mis cuentos salen de las
historias que me cuentan mis padres sobre sus antepasados. Además, me fascina
escribir sobre personas mayores, profundizar en ese ambiente de decadencia y
dignidad a partes iguales. Además, las noticias de los periódicos suelen ser un
recurso muy útil para encontrar ideas.
Todo ello, siempre con
el humor como ingrediente esencial. Me gusta pensar que de vez en cuando se
dibuja una sonrisa cómplice en la boca del lector de ‘Así no vamos a ninguna
parte’.
¿Por qué relatos
breves y no novela?
Creo que no sería capaz
de hacer una novela, al menos ahora. Me gustan muchos los cuentos y sus
estrecheces, la necesidad de que cada palabra cuente, de mantener la tensión,
de rematar la jugada en unas pocas páginas. De momento, me siento cómodo en los
cien metros lisos y quiero seguir profundizando en este género. Quizás, algún
día, me atreva con una novela. O no. No es algo que me preocupe.
¿Es fácil compaginar
tu trabajo como escritor y tu trabajo como periodista?
El periodismo tiene unos
horarios difíciles de compaginar con cualquier cosa, ya sea escribir o tomar
unas cañas con los amigos. Es complicado encontrar huecos para los relatos.
Para mí es una válvula de escape que necesito para sobrevivir, así que
aprovecho los fines de semana y algunas noches de los días de diario para ir
dando forma a mis historias.
Para nuestros amigos
de América ¿dónde pueden conseguir tu libro y como les animarías a leerlo?
El libro, que solo ha
salido en edición digital, lo pueden comprar en la web de la editorial 120 Pies y en Amazon, al precio de 3,99 euros. Lo de animar a su
lectura es más difícil. Quizás le diría que creo que se van a entretener, que
van a pasar un buen rato. Y si no es así, por menos de cuatro euros ya sabrán a
quién no tienen que volver leer. Es una inversión cien por cien rentable.