La batalla de la lírica
La exclusión de la ópera y el ballet clásico de la ley de fomento de artes escénicas chilenas ha provocado la justa ira y reclamo de parte de los profesionales, estudiantes y simpatizantes del arte de la voz.
Una de las tristes
características de nuestra sociedad nacional es el elitismo que se respira en
la convivencia chilena, una particularidad que se lleva casi en el ADN y que
por lo visto las autoridades siguen manteniendo al aprobar la exclusión de
actividades que se consideran “elitistas” como la ópera y el ballet clásico en una ley de artes escénicas que tiene como
objeto fomentar la creación de estas artes y facilitar el acceso a la ciudadanía,
por lo tanto concretar espectáculos que puedan extenderse a un público
inexperto en asistencia a estos eventos , es decir avanzar en democratizar la
cultura como un derecho de la ciudadanía.
De acuerdo a encuestas publicadas
por medios informativos digitales en Chile el 86,6% de la población nunca ha ido a una ópera, una cifra alarmante
para un país que debiera tener como objetivo primordial el desarrollo a través
del arte, entendiendo que la ópera es una de las artes escénicas más completas
que existen. Un cantante de ópera debe cantar en otros idiomas, algunos
inexistentes como el latín, y alcanzar notas extremadamente complicadas, debe
actuar, debe leer partituras, aprender técnicas
vocales, y un largo etcétera, por lo que
su formación requiere no sólo de largos años de aprendizaje, si no que de
bastante sacrificio. Por esta causa es que el colectivo de cantantes líricos siente
que han sido totalmente marginados de una ley que podría mejorar sus precarios
trabajos en un país donde la ópera no se aprecia, por lo tanto el público es
mínimo.
Como portal y divulgadores
culturales nuestro interés por la marginación de la ópera y el ballet clásico de
una ley de artes escénicas nos preocupa y a la vez motiva a concientizar e
informar sobre la gravedad del asunto.
Conversamos con Graciela
Araya, mezzo-soprano austriaca- chilena que ha tenido una maravillosa y
prolífica carrera internacional como cantante y profesora en países
como Alemania, Austria, Inglaterra, Japón,
Francia, entre otros, famosa por su legendaria interpretación de “Carmen”. Ha
trabajado bajo la dirección de leyendas como Maximilian Schell, además ha
dejado su voz en escenarios de los cinco continentes.
También conversamos con Pilar
Garrido, estudiante del cuarto año de la etapa superior de la carrera
de Interpretación musical en la
Universidad de Chile. Becada de honor durante el período 2018 por el círculo de
amigos del Teatro Municipal de Santiago, lugar en el que desempeñado varios
roles.
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¿Cuál es
la realidad de los cantantes y estudiantes de lírica en Chile?
Graciela: la realidad de los Cantantes liricos es precaria y mal
pagada. Hace unos 40 años atrás era una minoría, ahora las Universidades han
creado una gran cantidad de cantantes de
muy buen nivel , que al salir titulados no encuentran oportunidades de
trabajo(como pasa en muchas carreras , se crea la carrera pero no las fuentes
de trabajo, craso error, sucede mucho en países en vías de desarrollo) Por mi
experiencia en Alemania, vi , que es una fuente de trabajo reconocida como
"Política de Estado”, los Teatros dan trabajo a miles de personas , que
pagan sus impuestos, por lo tanto es ganancia para el Estado.
Pilar: La mayoría aspiramos a trabajar en el área que más nos
apasiona, sea ésta haciendo ópera, trabajo coral profesional, dirección coral,
etc. Lamentablemente en Chile hay pocas posibilidades de tener un sueldo fijo
haciendo sólo lo que más te gusta, la mayoría de nosotros cantamos en eventos,
en coros o hacemos clases de técnica vocal básica para subsistir, sobre todo
los que aún estamos estudiando. Yo quisiera vivir de hacer roles, pero
lamentablemente el único lugar en el que se hacer producciones de ópera
constantemente es el Teatro Municipal de Santiago y los cupos allí no son
demasiados. Si consideramos la cantidad de cantantes versus las posibilidades
reales de trabajo, siempre queda mucha gente fuera.
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¿Qué
buscan como colectivo?
Graciela: Primero ser Reconocido como profesión de Artes Escénicas
de Excelencia, (para formar un Cantante Lírico se necesitan 10 años de
formación, Solfeo, mínimo 2 idiomas, teatro, Danza, técnica y estilo) Un
Cantante Lirico no se Improvisa, y por lo tanto, un Ministerio que no reconoce
La Lirica, está demostrando su Ignorancia de la forma más Alucinante!
Pilar: La unificación de los cantantes liricos en Chile busca por
fin hacerse un nombre dentro de las artes escénicas, para que podamos ser
considerados y se tenga también una conciencia a nivel nacional de nuestra
existencia y arduo trabajo. Estamos recién comenzando, pero ya se está logrando
una visualización mayor de nuestra actividad en grupos de personas ajenos a
nuestro círculo habitual.
¿Cuál crees tú que es la causa del rechazo a esta disciplina?
Graciela: El rechazo de parte de las Autoridades demuestra que
desconoce la cantidad de artistas dedicados a esta Arte. No reconocer la Opera,
Coro Lirico y Danza, como Artes Escénicas es como reconocer que es Analfabeto
en la Cultura Mundial Moderna, En un Mundo Global Chile debe competir en todos
los Campos, no solo en los Negocios , Deporte , Ciencia, también el Arte da
Prestigio al País.
Pilar: Creo que tiene que ver con que nunca nos habíamos organizado
y que gran parte de las personas en Chile ven al Teatro Municipal de trabajo
para los cantantes liricos, lugar en el que el coro profesional está
sindicalizado y además cuentan con fondos municipales y financiamiento de
privados. Sin embargo, este Teatro no puede emplear a los más de 500 cantantes
que en este momento ejercen, por tanto necesitamos hacer visible esta
problemática y abrir más espacios para la producción de espectáculos escénicos
en Chile.