Helmut Reichel Silva: "El arte debe ser parte integral del aprendizaje"
Helmuth Reichel Silva nació el año 1983 en Santiago. Inició sus
estudios de violín a la edad de cinco años en el Conservatorio Nacional de
Música de Santiago, trasladándose más tarde en 2002 a Alemania.
Luego de finalizar sus
estudios de violín en Würzburg integró la Orquesta Filarmónica de Stuttgart y
posteriormente la Neue Philharmonie Westfalen en el Teatro de la Ópera de
Gelsenkirchen.
Completó su formación
musical ingresando a la cátedra de dirección orquestal en la Musikhochschule
Stuttgart con Per Borin y en la Musikhochschule Trossingen con Sebastian
Tewinkel.
Ganador del Programa de
Dirección Dirigentenpodium Baden- Württemberg, ha tenido la oportunidad de
trabajar con destacadas orquestas en Alemania : Orquesta Sinfónica de la Radio
de Stuttgart, Sinfonieorchester Basel, Orchestre Victor Hugo Franche-Comté,
Stuttgarter Philharmoniker, Stuttgarter Kammerorchester, Orchestra di Padova e
del Veneto, Oltenia Filarmonica, Georg Enescu Philharmonic, Kammerphilharmonie
Graubünden, Württembergische Philharmonie Reutlingen y la Südwestdeutsches
Kammerorchester. Asimismo, ha trabajado junto a las orquestas juveniles Junge
Deutsche Philharmonie y la Landesjugendorchester Nordrhein-Westfalen. Entre el
año 2014 y 2016 fue director titular de la Sinfonieorchester der Katholische
Hochschulgemeinde Freiburg.
Luego de un exitoso debut
frente a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en la temporada 2016, Helmuth
Reichel fue invitado como director residente de los Conciertos de Verano de la
Temporada 2017 de la misma orquesta, donde destaca la participación en las
Semanas Musicales de Frutillar 2017 en el Teatro del Lago, Frutillar.
Debutó en Japón en la
temporada 2017/2018 frente a la Tokyo Symphony Orchestra en el Muza Kawasaki
Symphony Hall y con la Orchestra Ensemble Kanazawa en el Ishikawa Ongakudo
Concert Hall. Junto a la Young Philharmonic Orchestra of Baden-Württemberg
debutó en China en una serie de conciertos en la ciudad de Shanghai.
Otros conciertos han
incluido invitaciones a la Sinfonieorchester
Villingen-Schwenningen, Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, Orquesta de
Cámara de Chile, Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago, Orquesta
Sinfónica de La Serena, Orquesta Sinfónica de Antofagasta y Orquesta Sinfónica
de Concepción.
Luego de ser finalista del
54° Concurso Internacional para Jóvenes Directores de Besançon, Reichel está
ganando rápidamente atención como uno de los directores jóvenes más
interesantes y sobresalientes de Sudamérica. Ha sido también galardonado con el
2o Premio del Sexto Concurso Alemán de Dirección Orquestal de Stuttgart y
ganador del Orchestra Prize de Jeunesses Musicales Conducting Competition
Bucharest. En el 2017 fue galardonado
con el reconocimiento del El Círculo de Críticos de Arte de Chile por su labor
junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile.
Aquarellen cultura ha tenido la estupenda ocasión de entrevistar a la batuta novel prominente de Chile y Sudamérica.
·
¿Cómo preparas una partitura,
un concierto?
Lo
primero que debo hacer es familiarizarme con la obra, comenzando por estudiar
la vida de su compositor: cuándo compuso la obra, contexto histórico, detalles
de la vida personal, período estilístico, todo eso ayuda a entender mejor el trasfondo
de una obra en particular. Luego viene un análisis estructural, armónico y de
instrumentación, para entender cómo está construida la obra y el lenguaje del
compositor. Mientras más profundo es el análisis, mejor podemos comprender lo
que la obra nos quiere transmitir. En los ensayos se trabajan todos los
aspectos musicales y técnicos para luego, en el concierto, poder hacer una
interpretación de la obra lo más cercana posible a lo que consideramos la
intención del compositor. Mi trabajo es encontrar un camino para transmitir ese
mensaje a la orquesta y, por lo tanto, al público.
·
Tengo entendido que tus padres
no son músicos ¿Cómo es que, en ese ambiente, se forma un destacado director de
música clásica?
Seguramente
ayudó el hecho que mi padre siempre escuchó música clásica en el hogar – él es
amante de la ópera y la música sinfónica, además, mi hermana Patricia
acompañaba a cantantes líricos todos los domingos en mi casa. Tuve la suerte
que, si bien mis padres no son instrumentalistas, nos permitieron a mis
hermanas y a mí estudiar un instrumento, en mi caso fue el violín. Luego todo
siguió su rumbo gracias al apoyo incondicional de mis padres, quienes hicieron
posible mis estudios en el extranjero. La dirección orquestal vino más tarde,
luego de haberme formado como violinista profesional y de haber trabajado en
orquestas en Alemania. El trasfondo musical que tuve de niño pude entonces
aprovecharlo al máximo.
·
¿Como ves la música selecta actual?
Siento
que el interés por la música clásica hoy en día es grande, pero existe una
brecha entre las generaciones por motivos de educación. Muchas personas piensan
que la música es algo exclusivo para un grupo selecto o para personas
especiales y se sienten distantes a ella, siendo que el arte en general es un patrimonio
universal propio de la raza humana y debería ser parte integral de la educación
infantil. Idealmente, un niño debería saber quién fue Beethoven, Bernstein o
Alfonso Leng, y haber tenido la oportunidad de escuchar en vivo una orquesta
sinfónica. No es un lujo, es algo necesario porque nos ayuda a entender mejor
lo que somos y nos enriquece como personas. Como consecuencia, la música
clásica pasaría a ser algo natural, parte de nuestras vidas y dejaría de generar
esa distancia que a veces existe. Admiro profundamente a los profesores
escolares que hoy en día se esfuerzan por llevar a sus alumnos a presenciar ensayos,
o visitar conciertos de orquestas o de grupos de cámara. Esas son las personas
imprescindibles para nuestra sociedad.
·
En tu juventud fuiste músico de
jazz, ¿Por qué no te declinaste por ese estilo?
Por
razones de tiempo. La música clásica y el jazz no son tan distantes como puede
parecer y para mí fue muy enriquecedor poder dedicarme a ambos durante mucho
tiempo. Con el paso de los años, la dirección orquestal se ha convertido en mi
actividad principal, lo que ha dejado poco tiempo para otras cosas. Pero
continúo escuchando mucho jazz en mi tiempo libre.
·
El
trato entre los músicos y un director siempre es complicado. ¿Cuál crees tú que
es la manera más apropiada de llevarla a cabo?
Con honestidad y respeto, como
deberían ser siempre todo tipo de relaciones humanas. Para mí, el director y la
orquesta son un equipo de trabajo que va en busca del mismo objetivo: preparar
una obra musical para su presentación al nivel artístico más alto posible. Y
dada la posición que cumple el director, es él el principal responsable de
asegurar que la atmosfera de trabajo sea constructiva y le permita tanto al
músico como a él mismo cumplir de la mejor manera sus propias expectativas
artísticas. Cuando el director sabe lo que una orquesta necesita de él, el
trabajo se hace mucho más fácil y se produce una buena comunicación con los
músicos.
·
¿Cuál es tu orquesta soñada y tu concierto soñado?
Hoy en día hay muchas
orquestas de gran nivel, la diferencia la marca la dinámica que se genera por
sus integrantes. Para mí, una orquesta ideal es flexible en cuanto al
repertorio, producción de sonido e intensidad emocional. Sus integrantes deben
escuchar y reaccionar muy bien para asegurar un sonido homogeneo, pero lo más
importante: deben querer buscar siempre lo esencial de la música y arriesgar al
máximo durante los conciertos. Un concierto ideal es a mi gusto aquel, en el
cual todos los que estamos en el escenario vamos al límite de nuestras
capacidades por cada nota y por cada frase. Una interpretación ordenada pero
sin vida no es interesante.
·
Eres
una de las batutas sub 40 con mayor proyección internacional ¿cuáles son tus
sentimientos y que responsabilidad tienes de cara a las nuevas generaciones?
Me siento absolutamente
privilegiado de poder hacer lo que hago y siento que he tenido mucha suerte en las
oportunidades que se me han dado. Pero lo más valioso es seguir absorbiendo y
aprendiendo nuevas cosas para seguir creciendo como músico. En ese aspecto
podría decir que, con 35 años, uno recién está empezando a palpar lo que es la
música de una forma más profunda, lo cual es un proceso que toma décadas en las
cuales uno nunca deja de aprender. Precisamente por ello es que es tan
importante compartir con las generaciones más jóvenes, así como otros han
compartido conmigo y me han permitido seguir avanzando en este hermoso viaje.
Es importante transmitir que la música requiere amor, esfuerzo y dedicación.
·
¿Cómo
ves el concepto de cultura en una
sociedad en donde las nuevas generaciones pierden interés en el arte?
La pregunta clave es: desde
qué momento el arte deja de ser interesante. Si el arte siempre fuera parte
esencial de los impulsos que una persona necesita para su desarrollo personal,
entonces siempre habría interés. El problema es lo que nos hace prescindir de
la necesidad de llenarnos con lo que el arte nos puede entregar, y eso se debe
a la ignorancia que se genera por falta de un concepto educacional, donde el
arte sea parte integral del aprendizaje, no un pasatiempo ni menos aún algo
exclusivo. Hablo de educación, no de cultura, pero es ése precisamente el
punto: educación y cultura son partes de lo mismo y no pueden ser separados.
Mientras el concepto cultural de un país no concuerde con su concepto de
educación, estaremos perdiendo valiosos impulsos para las actuales y futuras
generaciones. De todas formas, pienso que en Chile se está realizando en muchas
formas un buen trabajo, por ejemplo con las orquestas infantiles y juveniles.
·
¿Cuáles
son tus músicos chilenos favoritos?
Difícil pregunta, hay
tantos que no cabrían todos en esta página. Pero si tuviera que resumir: para
mí, Claudio Arrau ha sido uno de los más grandes que hemos tenido.
Por
supuesto! Hay muchos compositores que escriben obras que tienen que ver con la
sociedad actual, sus necesidades, sus problemas y también importante, sus
sueños. Cuando el mensaje de un compositor es claro, la recepción de la gente es
excelente, como es el caso por ej. con
Tomás Brantmayer. En la última década ha aumentado la cantidad de música
contemporánea que se está interpretando a nivel nacional y, asimismo, el
público, lo que me parece excelente.
·
¿Cuáles
son tus proyectos y tus próximos conciertos en Chile?
El 2
y 3 de Octubre interpretaremos con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil un
programa con obras de Peña-Hen, Bruch y la 4ª Sinfonía de Tchaikovsky. Para mí
es muy motivante poder trabajar por primera vez con esa orquesta, formada por
los mejores músicos jóvenes del país. Luego trabajaré con otra orquesta juvenil
importante, la Sinfonieorchester de la Hochschule für Musik de Lübeck,
Alemania; entre otras obras interpretaremos el Poema Sinfónico “Don Juan”, de
R. Strauss. Finalmente en Noviembre volveré a La Serena al Festival de Música
Contemporanea “Musicahora”. Además tendré la suerte de volver a dirigir en
Japón en la siguiente temporada.