Consuelo Jimenéz, versos que saben a pureza

Consuelo Jiménez Martín (Barcelona 1961)

En el 2014 publica su primer poemario “La Huella de tu Olvido” (Editorial Sunya) creación vinculada a la enfermedad del Alzhéimer.

En el 2015 participa en el Certamen del V Festival “Grito de Mujer” celebrado en Jerez de la Frontera, en el mismo año colabora en el recital internacional “100 mil poetas por el cambio”.

En el año 2016 se publica su segundo poemario “Palabra duende sin final” (Editorial Sunya)

Ha participado en diversas Antologías Poéticas:

Antología Poética Sueños Compartidos (Asociación poetas de Cornellá)

Antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana 2018

Antología Cantos para el Viento (Recreación de 10 poetas del siglo XX)

Antologías V y VI Certamen Poesía en Viu (Mataró Radio)

Ha colaborado asiduamente en varias revistas literarias digitales:

-           Revista poética Azahar.

-           Revista literaria Gealittera ( Argentina)

-           Revista literaria Absolem

-           Revista literaria Espacio del poeta

 Varios de sus poemas han sido traducidos al idioma rumano, francés y japonés.




POEMAS


EL BAILE DE LAS COSAS

 

Desde el fondo de la sala contemplo

el variopinto espacio del local,

donde parece tener cabida toda mezcla de colores.

En un golpe de vista,

se encuadra el medio en mis retinas.

Desde mi lugar, al fondo, siempre lejos.

Entre escondite y huida, me recreo en la escena,

devanándome los sesos,

queriendo describir con metáforas retoricas,

la belleza del momento.

Hay un ritmo contagioso encima de la larga barra del bar.

En una esquina, se agolpan sacos de hermosas naranjas.

No son frutos de azahar, con esencia de dulce presencia.

Son naranjas. Naranjas.

Hermosas naranjas.

Lo cual me resulta gracioso.

Hay un gran desorden,

taburetes desperdigados entre las mesas,

dando un toque informal.

Desafiante.

Inimitable.

Rasgado. Total.

Hay fuga de lo establecido.

Gozo de ese punto en el que se rompe la línea.

No hay rectitud.

Ni ese cansino saber estar.

La luz es viva.

Lámparas de juguete cuelgan del techo,

de tal forma,

que parecen bailar con las elegantes sombras

que se abrazan a las paredes.

Retablos superpuestos, decorando la estancia.

La mayoría imágenes de posicionados caballos.

Con porte. Con linaje.

La enorme pantalla del televisor,

sale al paso del galopar de uno de ellos,

mutilándole sus esbeltas patas,

rompiendo de nuevo las formas del lugar.

¡Que lujo!

Que lujo más preciado, el tener un baile privado,

donde el director de orquesta resulta ser mi visión.

Sin disfraz. Nada.

Hubo baile en el salón, entre las cosas y yo.

Eso fue.

                      “Palabra duende sin final“ ( 2016, Editorial Sunya)



MÁS QUE MÁRMOL

 

Tus pupilas, volcán en mis labios,

son versos sin poeta,

donde la mediocridad sabe a pureza.

Nada más.

 

                 “Palabra duende sin final” ( 2016, Editorial Sunya)




RATA QUERIDA

 

 

 Te miro mientras se alborota tu pelo,

 y tus pisadas huellan el suelo.

 Como me cautivan tus ganas locas de jugar,

 verte brincar entre hierba mojada,

 con saltos cortitos, chispeantes.

 Como me conquista que llegues a mí,

 encaramada con ligero jadear.

 Bandolera de ojos lagarteros.

 Rata, así te nombro.

 Me gustas cuando das piruetas de giro rápido,

 y me esperas.

 Te miro, te hablo, me atiendes.

 Acabo enredada en el mimo de tus gestos,

 cómplices de mi respiro.

 Te cojo en brazos, te beso, corazón de dulce ladrido.

 Mordisqueas mis dedos con la delicadeza de un amor.

 Y pensar, que te temía,

 luz de madrugada, fiesta de día, ternura de noche.

 Rata, rata querida.

 

 

                    “Palabra duende sin final” (2016 Editorial Sunya)





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