Dafne Mociulsky, poesía.
Podría decir que mi vida es una mierda, pero no lo diré por vanidad.
Nací en el 78, en Buenos Aires, Argentina, en plena dictadura, un 1 de mayo, meses antes de ese vergonzoso Mundial . Tuve tantas mudanzas que como resultado me torné una persona adaptable e inestable.
A los doce años me enamoré por primera vez y entonces dejé de dibujar y comencé a escribir para siempre. Mi primer libro lo publiqué en el año 97, pero fue recién en el 2005 que me he planteado la autogestión como estilo de vida y los viajes por Sudamérica, sustentándome con la caprichosa venta de mis libros. Ah, por cierto, en el año 97 fue que invité un hijo al mundo, el único que tengo, actualmente músico y... escritor.
Desde el 2005 hasta el presente, no me he detenido en mi actividad de escribir, autopublicarme y publicar a otros escritores-as independientes. Hasta la fecha llevo publicados 19 libros de mi autoría. En algún momento estudié Cine documental y Teatro.
Soy participante de la FLIA – Feria del Libro Independiente y A – desde la creación de este colectivo de colectivos culturales que nació como emergente en Buenos Aires y desde allí se ha propagado por toda América y ha llegado hasta España, también, superando la barrera idiomática, se realiza en Brasil. No me imagino de vieja haciendo otra cosa, escribir y publicar, editar y encuadernar libros, la mayoría con recicle, es algo que formará parte de mi vida para siempre. Eso creo.
Amo el fútbol
aunque nunca jugué realmente,
ni siquiera tengo una pelota,
tampoco me sé el reglamento completo,
pero me gusta decir que amo el fútbol,
bah... en realidad sólo me interesa
cuando juega mi equipo,
ni siquiera miro los partidos del seleccionado
si no es el mundial o la copa América,
sin embargo sigo diciendo
que me gusta decir
que amo el fútbol,
además, los malos poetas
(que no es lo mismo que poetas malditos)
me han hecho creer que,
con tanto amor desbordante,
puedo ser jugadora, ¡sí!
¿Por qué no ponerme al mismo nivel
de un jugador, llamándome jugadora?
¿Acaso no es importante el sentimiento?
Los malos poetas me han hecho creer
que si quiero, puedo manchar la pelota
y decir que juego,
porque - que quede bien en claro -
yo amo el fútbol,
por más que no lo consuma tanto,
por más que ahora en cuarentena
no esté aprovechando para ver
las ligas europeas que ya se habilitaron,
¡Qué importa! ¡Yo juego con el corazón,
con el alma, con mis sentimientos!
Estoy enamorada de la pelota
y soy jugadora
nadie puede decirme que no lo soy,
lo aprendí de los malos poetas.
El resultado es irrelevante,
soy lo que digo ser: jugadora
y a quien me venga a decir que el reglamento,
que mi estado físico,
le atacaré, por herir mi susceptibilidad,
¡Yo estoy jugando con el alma!
No necesito entrenar
No necesito reglamento
No necesito consejos, me ofenden.
Yo amo el fútbol y me autoproclamo jugadora.
No me digan nada,
yo creo que lo hago bien y con eso basta
¡Ya, en serio, tómenme en serio!
¿Por qué?
Porque yo lo digo con el corazón
pateo la pelota con el alma
y grito un gol que no hice con el hígado.
Pero eso sí... no quisiera que el bicicletero
pensara de este modo
y me entregara la bicicleta mal reparada
diciendo que él se cree bicicletero de corazón.
Tampoco me gustaría comprar una pizza
y descubrir que está quemada
porque el cocinero no sabe usar bien el horno
pero dice que cocina con mucho amor
Tampoco quisiera encontrar a un cirujano
que me opere - supongamos que lo necesite -
y me haga un amoroso moño en las tripas.
Pero yo si quiero puedo
Yo valgo
Yo soy
Nadie puede desanimarme
Y no importa todo lo que no sé.
Si te digo que soy jugadora de fútbol,
lo soy,
los malos poetas me convencieron.
Julio 2020
Dedicado a aquellos defensores encarnizados de la mediocridad que creen que escribir poesía es como tirarse pedos desde el corazón, aquellos que viven en una burbuja de autoaceptación y se ofenden ante cualquier sugerencia, creen que quienes decimos que los textos hay que pulirlos pecamos de soberbia, cuando no hay nada más soberbio que estar convencidos de estar validados sólo porque se pavonean como seres sensibles, esa gente es soberbia. Para los poetas y escritores del mundo que nunca llegarán más allá de los muros de facebook.
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Agua aguantándose sola así misma
Enojándose al fin por principios
Engullendo al comprimido flotante
que llamamos casa
Labios azules, mojados, cósmicos
besando desde afuera
Un río cristalino encerrado en un hongo
Beso celestial que se asemeja
al preservativo cuando va rodando pene abajo
Así, pero mundial
y en forma de mandarina llena de chichones montañosos
Mucha agua de más
Cada gota se junta con su hermana
para el viaje por el agujero negro
no queriendo raspar esa garganta ignota
y todas las criaturas
entre flotando, volando, viajando
pueden extinguirse
o desarrollar alas
o branquias
Esa podría ser la goma de borrar historias:
una Diosa de agua dulce enojada
y con sed de sí misma
con ganas de bañarse
para volver a amamantar algún día
no se sabe a quiénes.
2016
Poema amarillo de viejo
I
Quizás en un último suspiro
Yo valga algo, pero
¿qué clase de valor tendría
ese minuto de amor
que no puede hacerse?
Supongo que contendría
la fuerza y la pasión
de un milenio
de besos de muchas veces que no.
Debe ser como explotar/implotar
(no importa el des/orden)
De cosas que no existieron
Un cotillón invisible o intangible
Y medio sordo.
El recuerdo manoseado,
unidos con hilo onírico
los momentos inventados
con las ausencias reales
(y aquello que sí pasó,
guardado en esos bolsillos
que lloran especulaciones
ahogadas en pelusas)
Sería como estornudar sin estornudar,
como hacer nada haciendo algo:
acariciar a un gato de viento
O al revés: tejer un nido de sombras.
¿Qué valor tendría ese instante indefinitorio?
Ni siquiera los instantes de un año
pueden definirnos.
II
Y te imagino viejo,
como no podemos serlo ahora,
y como no sabemos si lo seremos.
Igual te dibujo
memorias de mil vidas
Yo fui y vos también
Pasantía de géneros
Fuiste piedra de montaña
Caliente de sol y fría de luna
Árbol de frutas y espinas,
telo de aves.
Fuiste escama de reptil en ascenso
y lobo, o tigre, o cóndor,
antes de que las personas
inventaran la libertad y su contrario.
Tu esencia se prueba vestidos
Nuevos y usados.
Todo esto ya pasó
Ya fuimos estrellas de tierra
Y criaturas del cosmos.
Y todo para que no me quieras.
2016
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Poema para arruinarte el día
Che, ¿ya consideraste, acaso, la posibilidad
de que nadie te ame nunca?
¡Yo sí, eh!
y que te vengan a decir
"ya va a aparecer la indicada, o el indicado o le indicade..."
A partir de cierta edad, esas frases se ven como el aspecto de un póster
que ya lleva varias décadas en la pared de una casa sucia
y sobre el mensaje hay polvo, cagadas de moscas,
generaciones de arañas han puesto sus huevos entre la pared y el papel,
refugio esporádico de cucarachas desorientadas,
hongos que marcaron territorio y ya no se sabe si son ellos, o sus huellas.
Y tus amistades te van a tirar flores de todo tipo,
como que no te valoran, no te entienden, no te aprecian
¡según tus amistades la culpa la tiene le otre, siempre!
pero mientras tanto, nadie te da bola
o te dan poca bola
o te quiere aquella persona que no querés,
porque le ves eso que esa persona que querés que te quiera, ve en vos.
Y aunque nadie te lo diga, comenzás a sospechar
que sos desagradable para el amor mismo
(romántico, o no)
como una institución para la cual no cumplís los requisitos.
Nos es más fácil imaginarnos muriendo
pasando hambre en un futuro cercano
viviendo sin casa
sin familia
pero imaginar que podés llenar el cupo
de esos millones de personas
que involuntariamente se van a quedar solas
es un poco más difícil.
Supongamos que la soledad es una diosa
hambrienta
que necesita alimentarse de estos seres poco o nada mimados,
entonces las personas que planifican y desean quedarse solas
para ella no tienen sabor: les falta sal
porque aquellas que se quedan solas contra su voluntad
ya vienen saladitas de lágrimas
y eso le gusta.
¿Ya pensaste que podés ser alguien más a quien nunca más nadie le dirá
te amo?
También imagináte que sos pansexual,
te abrís a la posibilidad del poliamor,
tenés fetiches que otras personas muy caretas
hasta podrían tildar de "altruistas",
y aún así, sos inquerible para todo género humano.
Y nadie te quiere
y nadie te dice por qué
y no sabés si querés saber por qué
pero sí sabés una cosa:
las flores que te tiran para consolarte
están marchitas hace mucho rato.
Otoño 2019